Superarse es la base de todo

Hoy no vengo a contaros, como las otras veces, algo respecto a mi forma de pensar o reflejar ideas que ayuden a otros. Hoy vengo a hablar más sobre mí, sobre mi pasado, el porqué de mi discapacidad. Nos remontamos unos años atrás, los 90, aquellos años donde Checoslovaquia dejaba de existir para convertirse en dos naciones diferentes, donde fue aprobada la Constitución de Andorra, y el gran Michael Jordan anunciaba su retirada del baloncesto. Donde salía a la venta la gran PlayStation, NeoGeo, GameBoy o SuperNintendo entre otras, donde comenzaba una de las grandes series del mundo Anime, y que actualmente sigue arrasando, Pokémon, aunque un año mas tarde (2000) llegaría Digimón, su rival a batir, entre otros acontecimientos históricos.

Nací un 18 de octubre del 93, siendo prematuro con siete meses, para mis padres y hermanos fue un acontecimiento muy hermoso y que por desgracia no duraría tanto tiempo dicha alegría.
A las catorce horas de haber nacido, los médicos comentaron a mis padres que debían de llevarme a quirófano debido a una deformación en el esófago denominada, Atresia de Esófago, de tercer grado. Tras la cirugía advirtieron a mis padres de que muy probablemente yo no saldría adelante, y obviamente tras dicho aquello, estos se llevaron las manos a la cabeza.
Poco a poco fueron pasando los días y mi salud fue mejorando hasta el punto en el que ya estaba casi todo preparado para darme el alta hospitalaria, aunque un suceso jamás pensado forzó a que estuviera tres meses en UCI; sufrí una necrosis del intestino grueso, denominada Enterocolitis Necrótica.
Volví a entrar en quirófano, me "desconectaron" el intestino grueso; tras esto, los médicos me hicieron una iliostomía (ano artificial) y posteriormente tras la recuperación en el hospital, permanecí nueve meses en casa a la espera de una regeneración total o parcial del órgano afectado.
Tras este tiempo, volví a entrar en quirófano para observar si el intestino se había recuperado pero desafortunadamente, esto no fue así y tuvieron que quitármelo. Lo que se salvó fue el recto, siendo unido al "delgado" y así, eliminándome la iliostomía.

Toda esta etapa acabó, mi infancia fue normal y feliz, pero con tan solo cuatro años de edad tuve que entrar de nuevo en quirófano, pues debían de operarme de Reflujo Gastroesofágico.
Todo fue arreglado, siendo esta vez la última en entrar en quirófano; a partir de entonces comencé a "vivir" de nuevo donde el resto de mi infancia y adolescencia fue increíblemente genial, aunque como no, por todo lo anteriormente pasado tuve secuelas, también llamadas "discapacidad", que hoy día llevo perfectamente sin ningún problema y es que mi día a día es como el de otra persona, me levanto, desayuno, estudio o voy al gimnasio, etc. Desde entonces mi vida fue completamente normal, conociendo mis propios límites, como cualquier otra persona y sabiendo lo que debía y no hacer.

Siempre tuve la idea de hacer carrera en podología pero ya como lo comenté anteriormente en otra entrada al blog, una profesora me dijo que no tenía base como para meterme en un bachillerato y después hacer carrera.
Al final me decanté por un grado medio de Auxiliar de enfermería, donde disfruté dicho año académico y posteriormente los tres meses prácticos en un hospital; y como me dijo hace poco un cirujano, "es irónico porque pasaste gran parte de tu vida en un hospital y ahora, has trabajado en un hospital y sigues formándote para el mismo fin en un futuro".

A pesar de todo lo acontecido que superé de chico y parcialmente en la adolescencia, problemas a los cuales tuve que enfrentarme como el bullying, y no solo yo, sino también mis padres por el hecho de sufrir por la vida de un hijo, aquello me llevó a mi camino en lo que de verdad me gusta. Trabajar en un hospital, dar lo mejor de mí a quien más lo necesita y ayudar en todo cuanto pueda y como tal, estoy deseando de que llegue el momento por el que pueda estar trabajando y siendo voluntario en disfrazarme de payaso e ir con mas compañeros de habitación en habitación intentando sacarle una sonrisa a cada niño que se halle ingresado, como a mí también un día hicieron...

Este soy yo, esta es parte de mi vida, y como dijo alguna vez Steve Maraboli,

"La felicidad no es la ausencia de problemas; es la habilidad para tratar con ellos".

Comentarios

Entradas populares