Nuestros Secretos

Hola, amigo mío, hace tiempo que no te escribo y tampoco te he hablado mucho. Sé que han pasado miles de cosas desde que decidí marcharme de tu lado. Has seguido teniendo esa gran imaginación pudiendo ver cosas donde otros no veían nada, siempre permanencias callado por el miedo a lo que pudieran reprenderte los demás e incluso andabas solo por las calles, imaginando que podrías hacer para mejorar este mundo, esos pensamientos que no podías compartir con alguien ya que siempre se reían de ti o te daban por tonto. Derramaste muchísimas lágrimas por los daños emocionales que sufriste a causa del bullying pero mírate, has conseguido convertir a un adulto en una pequeña parte de ti, sigo teniendo tu imaginación, quizá menos pero ese poco porcentaje me ayuda a ver cosas donde otros no "ven". Tu dolor emocional me dió fuerzas para seguir adelante y para ver con antelación quien viene en pos de paz y quien en maldad, aunque no niego que algunas veces me halla dado el golpe contra el suelo; gracias a tus ideas de mejorar el mudo o al menos, tu mundo, pude comenzar a escribir y respecto a eso, ambos sabemos que nos ayuda a desintoxicarnos de muchas cosas de la realidad. 
Me has dado sabiduría, valentía, amor, paciencia y sobre todo, humildad para tratar con personas de un mundo en el que siempre se intentan poner la zancadilla para después, ofrecer su mano en ayudar, mientras que con la otra sujetan el próximo "puñal" que se darán por la espalda. 
Y es que con esa forma de pensar que tienes, ambos coincidimos con Ana Frank, aquella pequeña chica judía que escribió un día en su diario "A pesar de todo lo que he sufrido, sigo pensando que las personas son buenas"; tras todo esto, no tengo nada más que decir, me has convertido en la persona que soy y por ello quiero darte las gracias y decirte que te quiero.
Cuídate, estés donde estés, te recibiré siempre con los brazos abiertos, mi pequeño yo...


Un adulto muere en vida cuando su infancia ha "caído" con él.

Comentarios

Entradas populares